La gastronomía alpujarreña se basa en la gran riqueza y variedad de los productos que ofrece su tierra. Productos de calidad que son resultado de las singulares características geográficas y ambientales de esta comarca. Los sabores de la sierra y la huerta se unen en el paladar.
La civilización musulmana fue impulsora en La Alpujarra de la introducción de cultivos, que hoy son ingredientes sin los cuales no podría ser posible degustar platos como las migas, las gachas o el guiso de hinojos.
En las huertas de los pequeños terrenos de la Contraviesa, donde el agua escasa aflora, podemos encontrar una gran variedad de sabrosos productos: tomates, judías verdes, higos o brevas, caquis, manzanas, uvas, cerezas y calabazas. En las laderas de la sierra, las hierbas aromáticas, que pondrán ese toque de sabor que sólo aquí se puede degustar.
En la Contraviesa, los embutidos del cerdo juegan el papel de protagonistas. Todo un símbolo cultural, que conserva su tradición de elaboración con el factor climático como clave en todo el proceso.
Pero hay más: maridar los frutos del cerdo con el vino de la Contraviesa-Alpujarra, deleitarse con los quesos alpujarreños, saborear los dulces ancestrales de miel y almendra, las mermeladas, el pan de higo, los licores de frutas de la Alpujarra y, al final, llevar a casa, a los amigos, parte del alma alpujarreña, saber que llevamos algo único, auténtico y, además, estamos contribuyendo a mantener viva esta tierra, este paisaje, esta gente de Albondón, que ha decidido vivir cerca del cielo, en estas lomas suaves de la Contraviesa, y regalarnos a todos el fruto de su esfuerzo y autenticidad, manteniendo vivas las tradiciones más ancestrales. Todo un tesoro cultural y etnológico vivo y presente.
Albondón es un lujo de sabor, donde los platos más sencillos se han conservado desde antiguo. Muchos responden a la época del año, a lo que da la tierra.
Calabaza frita, al final del verano, con las doradas calabazas de los huertos; pollos y conejos de corral hechos de distintas maneras, pero siempre sabrosos, singularmente la "fritailla" de conejo, propia de la época estival, que puede tomarse fría o caliente... un lujo de sabor en cualquier caso.
El invierno, con los embutidos, con las partes del cerdo que se salaron en la matanza, buenos cocidos, potajes y pucheros, especialmente el "puchero de hinojos" con estas ricas hierbas que nos traen las primeras lluvias. Cocina antigua, sabores de siempre, con los que poder afrontar un duro día en el campo entonces, y con los que deleitarse y vivir sabores ahora.
Fritailla de conejo
Ingredientes (para 6 personas):
Preparación:
Ingredientes:
Elaboración:
Este dulce es una delicia tradicional de Albondón que combina la textura suave de las claras con el toque crujiente de las almendras tostadas. ¡Perfecto para disfrutar en cualquier ocasión especial!