LUGARES DE ALBONDÓN

Visitar Albondón, pasear por sus calles, conocer este pueblo blanco entre viñas, higueras y almendros, por donde la Alpujarra se asoma al mar, es una buena opción para conocer una de las tierras más bellas, con más tradición y llenas de autenticidad de la provincia de Granada.

Cal y flores, en las calles de Albondón, a cada paso en las empinadas cuestas, en los porches de las casas. Cal y flores dando belleza, luz y color a la arquitectura alpujarreña que aquí se conserva, que engalana sus sencillas formas con macetas de siempre, geranios, esparragueras, cintas y pitas, cuidadas por madres y abuelas con esmero. En cada "puerta", en el porche de las casas, nos dan la bienvenida, una bienvenida amable y cambiante según la época del año, con la blanca cal como lienzo, donde pintar con flores el mejor de los cuadros, arte floral vivo, tradicional, cuidado con esmero desde siempre.

Huertos, en lo más hondo de los barrancos, donde el agua deja, junto a las casas, pequeños ribazos y paratas. Huertos donde crece el limonero y el naranjo, donde los nísperos y los caquis lucen sus anaranjados frutos, donde agricultores de siempre aún siembran pequeños huertos de cebollas, patatas, ajos o lechugas "para el gasto", con el sabor auténtico, cuidando la tierra, las plantas, el agua, creando sabores y salud, a pie de la casa.

Cuando nos visite, descubra esos pequeños oasis de verdor entre el amplio paisaje de almendros y viñas, huertos con nombre de quien lo cuida, con toda la sabiduría de las gentes de la Contraviesa. Visitar Albondón, pasear por sus calles, conocer este pueblo blanco entre viñas, higueras y almendros, por donde la Alpujarra se asoma al mar, es una buena opción para conocer una de las tierras más bellas, con más tradición y llenas de autenticidad de la provincia de Granada.

Cuando nos visite, cuando vuelva, llene con sus pasos las angostas calles de trazado árabe de nuestro pueblo, sorpréndase de la belleza de muchas casas tradicionales que conservan su lozanía, sus macetas, sus balcones y azoteas mirando al mar cercano, de donde llega la suave brisa que atempera los calores del verano y el aire de la sierra. Disfrute de nuestros miradores. Todo Albondón es un gran mirador al mar y a las suaves lomas de la Contraviesa, un privilegio para la vista y no dude en compartir con nosotros un buen vino de Albondón, siempre será bien recibido.

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