Iglesia de San Luís
La actual iglesia de Albondón fue construida entre 1734 y 1736 por Alfonso de Aguirre, maestro de obras del arzobispado, y tasada por Francisco Pérez de Orozco, maestro mayor de las reales obras de la Alhambra. A mediados del siglo XVIII consistía en una nave con sacristía, tribuna y torre, por lo que la ampliación de las naves laterales se tuvo que realizar en la segunda mitad de la centuria o en la primera mitad del siglo XIX, ya que Pascual Madoz la describe en 1845 con tres naves.
La torre también se elevó con un nuevo cuerpo de campanas. Durante los trágicos acontecimientos de la guerra civil, fue incendiada y perdió su armadura de lima-bordón, por lo que Regiones Devastadas realizó a mediados del siglo XX un proyecto de reconstrucción.
Presenta una planta de tres naves separadas por arcos de medio punto sobre machones rectangulares, aunque las laterales son más cortas que la central y se disponen próximas a la cabecera.
Los muros tienen un revoco que no permite ver los materiales constructivos, pero debió levantarse con la tradicional técnica mixta de ladrillo y cajones de mampostería. La torre, de planta cuadrada, se levanta adosada a los pies y presenta cegados los vanos del primitivo cuerpo de campanas. El actual repite el esquema: un arco de medio punto que se recorta en cada lateral, cornisa de ladrillo en saledizo y tejado a cuatro aguas. La portada se localiza a los pies y presenta dos cuerpos.
El inferior repite la tradicional solución con entablamento y pilastras que enmarcan una puerta con arco de medio punto, mientras que el segundo enmarca una ventana y repite el modelo a menor escala con motilos. A ambos lados de la portada ofrece óculos abocinados que también iluminan la nave. La nave se cubre con una armadura moderna que trata de recrear la original.
Hay que destacar en este templo su valor simbólico y urbanístico. Nos permite apreciar distintas fases constructivas en un mismo edificio. El titular de la iglesia es San Luis, rey de Francia. Se eligió echando a suertes entre los distintos nombres de santos.
La iglesia de Albondón destaca por la sencillez, a la vez que grandiosa nave central, diáfana, blanca, con arquerías en los laterales que albergan capillas donde la fe y devoción cristiana se ha ido enriqueciendo con santos y vírgenes. Al fondo, presidiéndolo todo, el retablo dorado dedicado al Santo Patrón de Albondón y, como cielo, el sencillo artesonado del que cuelgan lámparas de forja de acertado diseño.
El exterior del templo se abre a una plaza que se extiende ante el paisaje de la Contraviesa como un gran mirador y sobre él destaca la alta torre blanca de la iglesia, con su cuerpo de campanas y cubierta de teja árabe, como un gran faro, como un mástil que enarbola este gran navío blanco que es el caserío del pueblo de Albondón, recostado en las suaves laderas de la Contraviesa, mirando al mar.